La golondrina se encuentra ahora congelada en pleno vuelo, con sus alas pequeñas pero afiladas extendidas de par en par, deslizándose sin esfuerzo por el aire. Su cuerpo pequeño y aerodinámico atraviesa el cielo con gracia y perfección, mientras sus plumas oscuras y su cola ahorquillada captan la luz en suaves destellos de negro y gris. En ese momento único, parece como si el avión (martín) fuera casi impulsado por el viento, realizando movimientos y trucos específicos durante el vuelo. Como símbolo de libertad y precisión, esta ave se convierte ahora en parte del cursor personalizado Golondrina Graciosa, aportando un toque de elegancia y energía infinita a tu escritorio.